lunes, 25 de marzo de 2013

Música para hundirse


Soy de ésas que cuando están tristes, necesitan corroborar su estado de ánimo escuchando las canciones más melancólicas y deprimentes del ancho mundo. Es como si me reafirmarse en mi momentánea incapacidad de ser feliz. Me sentiría hipócrita si, en un intento de ver la luz/esperanza/arcoiris, pusiera she's like a rainbow mientras sorbo el moco una tarde de domingo porque mi vida no va a ninguna parte (o porque se me ha muerto el canario).



Soy de las que opinan que para remontar, hay que tocar fondo (y bien tocado) y se que hay gente que comparte mi apego por la nostalgia musical; un perfecto ejemplo de ello es esta página que frecuento con asiduidad:

http://www.rainymood.com/

¡Es maravilloso! Con un par de minutos oyendo la lluvia caer te dan ganas de suicidarte (o como mínimo, de quedarte todo el día en la cama). Como muy bien dice Likke Li:



Tengo ya bastantes años de experiencia buscando canciones lastimeras, y no sólo porque mi estado de ánimo sea siempre tan lúgubre...- por dios, aún estoy en la flor de la vida y tengo mis momentos de gloria (ya habrá tiempo de deprimirse cuando cumpla los 35, sea rica y famosa, me haya divorciado 3 veces y esté sola en mi suite después de un concierto en el Albert Hall, metiéndome de todo)- sino porque las canciones tristes tienen un atractivo especial. Sí, sí.. a todo el mundo le gusta Yellow submarine, pero nada tiene que hacer al lado de Yesterday (bueno,el ejemplo es malo, pocas canciones tienen algo que hacer al lado de Yesterday).

Pero en fin, el caso es que no me fío de la gente que dice que para animarse porque le ha dejado el maromo se ponen Vampire Weekend a nosecuantísimosdecibelios. Vampire Weekend crean sus canciones para que cuando estés de fiesta al lado de la playa te de un subidón, te desvistas enfurecido y te lances a la marea triunfante. O para cuando acabas de bordar el examen más imposible de los imposibles y correteas a disfrutar de la dulce libertad. Que sí, que me lo han contado a mí.

¿Por qué radiohead triunfaron? (dejando a un lado la cuestión de su calidad musical) Pues porque sus canciones son para quejarse sobre el mundo, la vida, el comunismo, el capitalismo, y si hace falta, del perro de la vecina. Para llorar en comuna sobre la desgracia en abstracto y en concreto. Para disfrutar de esa morboda sensación de que el denominador común de la humanidad es el sufrimiento.

Aquí os dejo una selección de mis mejores adquisiciones en Spotify para sollozar tranquilamente en nuestra alcoba:

Pena penita peena





domingo, 12 de agosto de 2012

La magia folk de Fleet Foxes.


Dame una razón para no hablar sobre ellos. ¿Ves? ¡No puedes! Ni tú, ni nadie. Porque son muy grandes. Hasta Wikipedia dice que tienen talento (y como ya sabemos… lo que dice Wikipedia va a misa, colegas). Pero antes de nada…

Empecemos por el empiece, como diría yo con 10 años menos.

Estuve muchos años adorando a Chris Martin, ese pianista de voz gris pero elegante que, envidia de todos, consiguió ligarse a miss Paltrow, conservando (nadie sabe cómo) su intimidad personal ante las cámaras. Han tenido hijos sin vender ninguna exclusiva a ninguna revista sensacionalista, los dos tienen éxito en su trabajo, hasta donde sabemos son fieles y encajan perfectamente como protagonistas en una superproducción Disney.  Y qué quieres que te diga, el hecho de que el cantante fuera un encantador caballero de tal palo, hacía que adorase aún más a Coldplay…  
No half naked women. No flash cars. No drugs. Just Coldplay” 
Además siempre me ha ido el rollo nostálgico-suicida soft rock de grupos que pretendían ser algo así como rock alternativo mientras te hundían de morriña hipocondriaca con sus temazos, como Travis, Oasis, Keane, Snow Patrol, Radiohead, etc… peeeeero…

Llegó Viva la Vida y quisieron ser animados y optimistas. Nos hicieron creer que la vida era bonita, que meter más ritmo a las canciones es una buena idea, que no hay nada de malo en poner coloritos a la portada del disco… Sí, COLDPLAY!! No se supone que es “juego-frío”? No tengo ni idea del significado oculto de ese sintagma nominal, pero de lo que sí estoy segura es que no tiene nada que ver con sonrisas, purpurina, palmas y confeti.  Y no, amigos, no me engañasteis con ese doble título de “Death and All His Friends”, no… Si la primera canción era Life in Technicolor!! Por el amor de una madre!!
Pero bueno, como Chris es un buen tipo, tragué.  Lo toleré, respiré hondo y me dije: “no pasa nada, aún conservan algún retazo afligido en su música para el deleite de mi persona”  Había un “lost” y un “violet hill” que parecían conservar algo de oscuridad… Y actué como si no hubiera pasado nada: Fui al concierto, me compré el libro de partituras Viva la vida (y viva el sablazo que me dieron), escuché todo el disco mil veces, me memoricé cada fotograma de los videoclips, soporté que Viva la vida la cantara hasta el vecino del segundo… pero ah amigo!… Resulta que le cogieron gustillo a eso de conservar esa majadera burbuja de la vie en rose, y sacaron Mylo Xyloto. Por el amor de dios, si ya son más poperos que otra cosa! (En realidad aún son capaces de hacer temazos como Charlie Brown, eso hay que reconocérselo) ¿…pero dónde quedaron esas canciones lentas, tristes y casi experimentales de los primeros discos…? ¡Dímelo tú, Chris! ¡Si hasta ahora vistes ropa fucsia, mírate!
Yo lloraba emocionada con Fix you cuando todos os poníais a tope con las guitarras y los coros! Me regodeaba en mi miseria con el desodorante nivea-for-men haciendo de micrófono: “Tears stream down your faceeeeeeeeeeee when you lose something you cannot replaceeeeeeeeee” Si! Habéis leído bien: You lose something you cannot replace! Ni viva la vida, ni Strawberry Swing, ni lovers in japan, ni su p(piiii)ta madre. Pijadas no.

Así que sí. Pasé página buscando algo que colmase mis ansias de melancolía, y los encontré. O me los encontraron, más bien. Como en tantas otras ocasiones, fue mi madre, aficionada a radio pepito, la que me los descubrió.( http://www.radiopepito.com/)

Son…redoble de tambores (aunque ya no hay emoción, está en el título)…. Fleet Foxes!

Robin Pecknold, ese americano barbiespeso de la vieja escuela, sin encanto alguno, pero con una voz que haría palidecer a los ángeles, tan misteriosa en la lejanía, y sin embargo, tan nítida… y sugestiva… (y que conste que no soy nAADA dada a exagerar….) me conquistó desde la primera vez. Sin saber bien cómo, de repente te ves entre árboles, cascadas, animales y amaneceres disfrutando de una agradable soledad que sólo pensabas que podías experimentar con los clásicos de hace casi medio siglo.
 Lo siento, Chris. Pero es que… qué coros, qué armonías, qué combinación de instrumentos, qué directos! Hasta los videoclips son diferentes, por no hablar de los nombres de las canciones. Ni al creativo de Google más empastillado en pleno brainstorming se le hubieran ocurrido. Blue Ridge Mountains? White Winter Hymnal? Y aquí viene el plato fuerte…Tiger Mountain Peasant Song!? Si es que tanta barba, tanta camisa de leñador, y tanto espíritu de BoyScout hacen estragos…
De hecho, los graciosillos decidieron llamarse “Fleet foxes” riéndose un poquillo de sus consanguíneos británicos y de sus “extrañas costumbres de perseguir zorros”. Serán cabr…

En fin, aquí os dejo una de mis 3798240738154 canciones preferidas, y, aunque bien es cierto que a partir del min 6:40 les da una especie de telele trompetero un tanto doloroso, pero hasta ese momento es pura magia:



Os invito afectuosamente a que echéis un vistazo (o un oído) a su disco, porque vale la pena. A Robin Pecknold le haría ilusión, eso seguro. Y, aunque a Wilson Existe no le gusten (nunca entenderé la razón… creo que es porque no le gustan los banjos… o las barbas), estoy convencida de que, si habéis sido amantes morbosos en algún momento de vuestra vida de la dulce nostalgia de Simon&Garfunkel, no os dejarán indiferentes.

Aquí os dejo un enlace con el que podéis escuchar cómodamente a estos montaraces de melena salvaje:

Empezad por Meadowlarks, y seguid por Mykonos. Y despúes… pues por el resto. Todo encaminado en una difusa línea de ecos y mucho folk. Os gustará.

viernes, 10 de agosto de 2012

Morning soundtrack


Peeeeeeeeeeerfavore, tengo que contaros esto! Hace unas semanas estuve en mi amado Londres haciendo un curso de diseño en Saint Martins, y cerca de mi escuela, en Clerkenwell, encontré una tienda. Dentro de la tienda, encontré un libro. Y dentro del libro, páginas dedicadas a hacer listas de tu música favorita. Tus grupos preferidos, tus canciones para las salir de marcha, tus clásicos que nunca faltan, los peores singles de la historia, y un laaaargo e- te-ce que ocupaba unas 200 paginitas recicladas.

Me pareció una idea fabulosa, a mí, gran apasionada de matar las horas haciendo listas y listas de cosas inservibles. El libro costaba un riñón y medio porque, aparte de que estaba muy cuqui la encuadernación, tenía como objetivo ser consumido por los encantadores británicos (con suficiente poder adquisitivo como para permitirse lujos así, en vez de hacerse uno casero siguiendo los pasos en Art-attack... ).
Y, como sois muy listos, seguramente ya habréis adivinado que voy a dejarme llevar por mi inofensiva manía, y a dar paso a una pequeña lizzzzzzzta (prometo que es pequeña!) de las mejores canciones para DESPERTARSE JAPI JAPI y empezar el día con esa força que Nelly Furtado nos recomendó en 2004. Todo desde mi punto de vista, claro. Si opináis que UPA dance tiene más armas armónicas para lograr la mañana perfecta, agradecería que lo dejaseis patente.

1. Town called malice-  The Jam
2. Black Lips- BAD KIDS
3. Hong kong garden- siouxie and the banshees
4. DO YOU WANT IT ALL?- TWO DOOR CINEMA CLUB
5. We used to be friends- the dandy warhols
6. i need love-sam phillips
7. just can’t get enough  versionada por Novelle vague
8. The blues are still blue- belle&sebastian
9- Ragged wood-fleet foxes
10- A movement between these two – hola a todo el mundo.
11- Feist-mushaboom
12- have i been a fool – jack peñate
13. who loves the sun- the velvet underground
14. Flowers in the window-travis
15. I guess the lord must be in new york city­- harry nilsson

Que conste que me he controlado, pero podría haber seguido escribiendo hasta que el sol se hubiera hundido en el horizonte (que romántico). Aunque Dios sabe que si hago eso ninguno de vosotros estaría leyendo ahora mismo esta frase (ahora es cuando negáis con la cabeza).
El caso es… que encuentro un misterioso placer en hacer sonar entre mis parietales una banda sonora para vivir la mañana a modo de película americana. Qué típico cuando salgo a la calle… hace sol y adoro mi ciudad, el aire mañanero cargado de olor a café (o lo que yo imagino que es café…) me dibuja una sonrisilla de lela, mi pelo se agita salvajemente como si le apuntase un secador de 5000W y mis piernas me llevan a zancadas aleatorias entre el gentío. Y hasta CASI espero que ese cartero me de los buenos días, esa encantadora abuelita que hace footing me guiñe un ojo, ese músico callejero de pelo en pecho me dedique una canción (y, en un golpe de suerte, sea la misma que suena en mi cabeza!) aquel  simpático yorkshire mueva la cola para que le acaricie, majo él…  






Veis? No estoy loca! En Hollywood me entienden.

Un besito pajarillos.

martes, 24 de julio de 2012

Tununtunumba



Aquella tienda era lo que comúnmente conocemos los jóvenes de hoy como: “asunto comodín para hablar cuando quieres parecer interesante en una cita y se te han acabado los temas”

Sobeteé, sorteando hábilmente los cartelacos tamaño XXL que decían “NO TOCAR”; cada cuerda, mástil o boquilla que se me pusieron por delante (con regaños ocasionales de mis amigos). El hombre que custodiaba la caja, que tenía también pinta de ser el dueño de la tienda, era el clásico tipo que al mirarlo deduces lo mucho que debe de saber de música. Típico bohemio en estado salvaje. Y, aunque nuestras vagas suposiciones se fundamentaban en su barba dejada, su pinta de intelectual, sus movimientos delicados y el olor a incienso que desprendía (en realidad lo estoy adornando para darle un punto bucólico a todo este asunto, quién coño se fija en si eran delicados sus movimientos teniendo una tienda entera de instrumentos exóticos que fisgar?), resultó ser que el tío controlaba un montón. Así que todos le dimos nuestra aprobación e intentamos darle un poco de coba para hacernos amiGÜItos. (en realidad, sólo le preguntamos por los ukeleles, pero hubiera sido guay que nos hubiera invitado, como ocurre en las pelis a los personajes que van a la típica tienda de antigüedades y se hacen amigos del dependiente, a una cenita en su casa bohemia -probablemente un ático lleno de vinilos de TheMamas&thePapas- o algo.. no? Pero no hubo manera.).

Antes de nada, voy a explicar cuál fue el motivo que nos empujó a llegar a una pequeña tienda semiescondida cerca de huertas de instrumentos étnicos. RAYBANderas y yo, grandes apasionados de los pequeños-grandes placeres de la vida, como la comida exótica, Zooey Deschanel,  gritar en el metro y la cerveza, decidimos que era hora de cumplir un sueño aletargado por el tiempo. 
Como cuando piensas… algún día me compraré un cojín tamaño ballenato ártico de Ikea para tirarme encima después de comer, retorcerme en él y regodearme en mi pereza. Pero nunca lo haces. Pasan los días, los meses, te dan los regalos de navidad, y nunca ves un envoltorio tamaño diplodocus que pueda esconder el susodicho. En tu cumpleaños te regalaron aquel pantalón de pana tan mono que nunca quisiste, y que no entra dentro de los planes de tus amigos para seguir dejándote ver con ellos. Y como nadie te regala el mega cojín (también podemos llamarlo “puff”, pero verdad que suena feo? A quien se le ocurrió poner a un mueble un nombre onomatopéyico?), pues tú tampoco sientes la necesidad extrema de mover el culo y acercarte a comprarlo. Hasta que llega a tu vida el clásico día en que alguien también quiere un puff/supercojín/sofá informe y os ponéis de acuerdo para ir a por él.

Bueno. Pues eso es lo que pasó  a mí pero con algo más tirando a XXS. Voy a explicar lo que es un ukelele porque, aunque muchos no lo creáis, hay muucha gente que no sabe qué es (si ese es tú caso, no te sientas ofendido, sólo finge que ya lo sabías). Y mira que nos bombardean con ideas hawaianas por doquier (es que nadie vio nunca Lilo&Stich, por el amor de Dios!?).

Voy a hacer un desvergonzado copia y pega a wikipedia, observad:
El ukelele es un instrumento de cuerdas pulsadas, utilizado como instrumento principal en la música de las islas Hawái, Tahití y la Isla de Pascua. Es una adaptación del cavaquinho portugués creada en la década de 1880 a partir de portugueses inmigrantes en Hawaii. Posteriormente se difundió por la Polinesia Francesa y en la Isla de Pascua con un tallado más rústico, dando lugar al ukelele tahitiano o polinésico. En la Polinesia y en la Isla de Pascua no existían instrumentos de cuerda antes de los siglos XIX y XX, respectivamente, siendo el ukelele un instrumento reciente en la cultura de ambos lugares.

Y ahora que estamos todos más o menos igualados en información, deciros que RAYBANderas quería un ukelele contralto, y yo un soprano. (el soprano, como podréis imaginar, es más pequeñin). Tras un burdo intento de explorar la zona de nuevos ministerios con Wilson existe, nos quedó bastante claro que no había tiendas de ukeleles a la vista -hasta entramos en un encantador comercio de lencería de abuelita y preguntamos para asegurarnos que no escondían ukeleles bajo las combinaciones color rosáceo (la dueña era uno de esos desafortunados casos que no sabían lo que era el nombrado instrumento) Así pues, otro día decidimos buscar antes en internet (una buena idea, desde luego) para hacernos una pequeña idea de dónde podían venderlos. Hey ho. Let’s go. Y encontramos Tuntucutún tún. Quiero decir; Tununtunumba. Ese es el original nombre la tienda tan chachi piruleta de la que os he estado hablando… esa con el dependiente potencialmente apto para formar parte de green peace o similares (cualquier organización en la que no se afeiten y destilen un mínimo de hippiedad –venga palabro!- nos sirve).

Sandeces aparte, la tienda es un cúmulo de interés para todo músico que se precie, o mismamente para iluminados con ganas de nuevas experiencias. Es pequeña, encantadora y fascinante. Quieras un ukelele o no. (también salimos de allí con un kazoo, por cierto. RAYBANderas se lo compró, y CLARO! Yo no iba a ser menos! He dicho ya que se me daba mucho mejor tocarlo a mi? Zas! En-toda-la-boca.)

Esto ocurrió, si no recuerdo mal, por Marzo; y desde entonces RAYBANderas y yo no cesamos en el intento de perfeccionar nuestra técnica ukeleliana (la mía aún esta más verde, todo sea dicho).

Aquí os dejo el enlace de la tiendaca para que echéis un veeeeeeestazo:

Fotos: “RAYBANderas y yo repartiendo felicidad por el mundo”


Lástima que ya no había gente acampada en Sol… les hubiéramos dado el concierto de su vida.